La producción orgánica crece en Brasil

Reconocida como una mejor práctica para la salud humana y el medioambiente, debido a su carácter conservacionista y más saludable, la agricultura orgánica ha venido registrando una continua expansión en Brasil, tanto en volumen de producción como en facturación.

El año pasado, el sector orgánico del país, incluyendo los alimentos –naturales e industrializados–, artículos textiles y cosméticos, facturó US$ 850 millones sólo en el mercado interno, según datos del Consejo Brasileño para la Producción Orgánica y Sostenible. En 2016, se registraron ingresos por US$ 730 millones.

De acuerdo con el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Abastecimiento, actualmente hay más de 17.000 productores orgánicos registrados en el país, de los cuales cerca del 70% están vinculados a la agricultura familiar. En 2013, sólo se contabilizaban 6.700 registros.

“Óptimo beneficio”

Para la agricultora orgánica María Alves, de 65 años, la importancia de la actividad está en la conservación de la tierra, en la posibilidad de ofrecer alimentos de calidad y el cuidado de salud mediante la no utilización de plaguicidas y en la producción bajo el modelo llamado agroecológico, que favorece el respeto a la biodiversidad y los ciclos biológicos.

“Esto es seguridad alimenticia, pero la agricultura a pequeña escala también necesita incentivos, ciencia, técnicas y apoyo para expandir la producción. Es bueno que todo el mundo coma bien. ¿Por qué no?”, declaró.

Miembro de una acción colectiva de producción regional en la ciudad de São Paulo, Maria Alves sostiene que el principio económico que rige la producción agrícola debe ser el del "beneficio óptimo" y no el del "máximo beneficio".

"La pequeña agricultura tiene diversidad, es normal tener un pequeño pedazo de tierra y allí poner un gallinero, una pequeña ganadería, una huerta, un huerto...”. No debemos pensar en el máximo beneficio, sino en un beneficio óptimo: Tomo mi sustento de la agricultura, consumo lo que siembro con seguridad y también comercializo lo excedente con seguridad, pues vamos adquiriendo conciencia", dijo.

Maria Alves no está de acuerdo con la sobrevaloración de los productos orgánicos en relación con el precio de los supermercados. “Lo correcto no es tener un producto para hacer mucho dinero, hay que hacer un precio al que la gente pueda tener acceso. Y producir con calidad, quizás no con cantidad, oyes cuando pienses en la cantidad explorarás al hombre o a la tierra. No puede ser un proyecto de explotación”, dijo.

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