Duplicaron las matanzas tras intervención en Río

En los dos meses de actuación de la intervención federal en la seguridad pública de Río de Janeiro, el número de matanzas se duplicó cuando comparado al mismo período de 2017. El año pasado, fueron seis episodios, que resultaron en la muerte de 22 personas. Del 16 de febrero, fecha del decreto presidencial que autorizó la intervención y el uso de las Fuerzas Armadas, al 15 de abril de 2018, se registraron 12 matanzas, con la muerte de 52 personas.

Los datos se encuentran en el informe “A la deriva – sin programa, sin resultado, sin rumbo”, divulgado el jueves (26) por el Observatorio de la Intervención, que reúne a varias entidades de la sociedad civil y hace el seguimiento diario de los trabajos en la seguridad pública desde febrero.

Según la coordinadora del Observatorio, Sílvia Ramos, en el período de la intervención ocurrieron episodios graves de descontrol policial. Ella menciona, como ejemplo, la matanza en la favela de Rocinha. “El día anterior, un policía había sido cobardemente asesinado. Una tropa de choque ingresó a la comunidad en la madrugada y mató a ocho personas, en una acción totalmente inexplicada, sobre la cual no hay ni siquiera una investigación. Es un punto gravísimo.”

Ramos también citó la matanza de Maricá, en la que cinco jóvenes fueron muertos por milicianos. De acuerdo con la coordinadora, los datos de la violencia en el estado no eran peores antes de la intervención, pero tampoco mejoraron con la llegada de las Fuerzas Armadas. “La situación general es muy preocupante.”

“Cuando comparamos el Río bajo intervención a lo que había antes, percibimos que las condiciones de seguridad y de criminalidad se mantuvieron en un nivel tan alto como antes o empeoraron, como es el caso de los crímenes contra el patrimonio, los robos y robos de calle”, dijo.

“En esos dos meses, se mantiene la falta coordinación en el área de seguridad. La sensación de inseguridad en la ciudad es muy grande, los tiroteos aumentaron respecto a hace dos meses y al año pasado. El control sobre las acciones policiales es muy pequeño y hubo la multiplicación de las matanzas, o sea, episodios en que hubo tres muertes o más en un único evento”, agregó.

Datos

El Observatorio monitoreó 70 operaciones desde el inicio de la intervención, que emplearon a 40 mil agentes, resultaron en la muerte de 25 personas y en la incautación de 140 armas, entre ellas 42 fusiles. Los datos de la aplicación Fogo Cruzado muestran que el número de tiroteos aumentó en el período. En los dos meses antes de la intervención, se registraron 1.299 en el estado, lo que subió a 1.502 en los dos meses siguientes al decreto, un aumento del 15,6%. Estos tiroteos dejaron 294 muertos y 193 heridos.

Los investigadores presentaron la evolución de los indicadores de seguridad en el estado en los últimos años. Los datos revelan que no hubo un aumento significativo de la tasa de letalidad violenta de 2016 a 2017. En febrero y marzo de este año, fueron 940 homicidios, 209 derivados de intervención policial, y 19 policías muertos.

En cuanto a la sensación de inseguridad, el estudio apunta que el 92% de la población de Río de Janeiro tiene miedo de ser alcanzado por una bala perdida, morir o ser herido en asalto y de quedarse en medio de un tiroteo entre policía y bandidos. El 70% dijo tener miedo de sufrir violencia por parte de la Policía Militar. “Ninguna política de seguridad tendrá resultado en Río de Janeiro si no se basa en reducción de los tiroteos”, afirmó Silvia.

Para la coordinadora de investigaciones de Amnistía Internacional en Brasil, Renata Neder, la intervención federal profundiza un modelo de política de seguridad pública que no funciona.

"Es el modelo de la militarización, basado en la lógica del enfrentamiento, de la guerra, de la guerra a las drogas. Este modelo ya sabemos que no funciona, que se traduce en operaciones policiales de enfrentamiento cotidiano en favelas y periferias. No reduce la criminalidad, sino aumenta la violencia, alimenta ese ciclo y esa espiral de violencia, y resulta en muchas violaciones de derechos humanos. No funcionó en Río de Janeiro y no funcionó en México.”

Propuestas

El coronel Ibis Pereira, ex comandante general de la Policía Militar de Río de Janeiro, afirmó que los datos divulgados en el informe son muy malos e indican que la intervención encuentra dificultades en su rumbo. Para él, es una oportunidad para que los gestores corrijan la ruta.

“Los datos funcionan como crítica, evidentemente, pero también funcionan como elemento a partir del cual esa medida pueda ser repensada por aquellos que están conduciendo el proceso. No tengo dudas de que son personas bien intencionadas. Entonces pienso que tenemos un material de crítica extraordinario para que la intervención pueda encontrar un rumbo que todos esperamos, que es disminuir el miedo y los indicadores criminales en nuestro estado.

Para él, es necesario reestructurar las policías y hacer un mejor control del uso de la fuerza. “Las policías necesitan una reforma, están en ruinas. Se trata de reestructurar esas instituciones policiales, que han sido víctimas de la violencia. Tenemos cifras alarmantes de policías muertos en servicio y fuera de él, pero, por otro lado, nuestras agentes están matando demasiado, lo que significa que necesitamos mejorar ese control del uso de la fuerza.”

Gobierno

En una nota, el Gabinete de Intervención Federal informó que “está dedicado a los objetivos establecidos de disminuir progresivamente los índices de criminalidad y fortalecer las instituciones del área de seguridad pública del Estado de Río de Janeiro”. “Las medidas de emergencia y estructurantes están siendo tomadas y serán observadas a lo largo del período previsto de intervención federal”, dice la nota.

Preguntado sobre el aumento de los tiroteos, el ministro de Seguridad Pública, Raúl Jungmann, dijo que eso siempre ocurre cuando se inicia un proceso de cambio como el proporcionado por la intervención en Río de Janeiro.

“En todos los procesos de cambio que hubo para superar una situación como esa, como en Medellín y Bogotá, por ejemplo, hubo un aumento de casos de tiroteo. No los estoy defendiendo, sino recordando que, cuando hay un cambio así, también hay un aumento de las armas, de los tiroteos”, dijo el ministro.

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